Moda consciente

5 preguntas que puedes hacerte antes de comprar ropa

En la calidad de mis decisiones está la arquitectura de mi propia vida.

Miguel Angel Cornejo, escritor motivacional

Compro, ¿luego existo?

Cuando compramos nuestra ropa estamos decidiendo en qué mundo queremos vivir. Cada decisión es una señal para las empresas de qué prefieren sus consumidores. Cada decisión es una señal para la economía de dónde se gasta el dinero. Cada decisión es una señal para la sociedad de qué valores son los que imperan.

Por ende, cada vez que compro una prenda (o cualquier cosa), estoy dando un statement de qué es lo que me importa y qué no. Es un acto político, sea consciente o no, porque con esa decisión estoy diciendo «Estos son mis valores, esto es lo que apoyo y este es el mundo que quiero crear.»

Suena fuerte y potente, y la verdad que lo es. Sin embargo, ¿por qué no lo tenemos tan claro o consciente?

Considero que una razón puede ser por cómo nos hemos estado definiendo o, mejor dicho, desde dónde: en una sociedad donde somos considerados «consumidores» antes que «ciudadanos» o «humanos», queda muy claro dónde está puesto nuestro valor.

Comprender que cómo nos definimos y qué conceptos usamos para describirnos, evidencia desde dónde estamos hablando. El lenguaje es reflejo de nuestra mentalidad y crea permanentemente nuestra realidad.

¿Consumidor, ciudadano o ser humano?

Cabe preguntarse entonces: ¿Qué somos entonces en primer lugar? ¿Consumidor, ciudadano, o ser humano?

Como seres humanos tenemos experiencias de vida, preocupaciones, traumas, sentimientos, emociones, sueños, propósitos, proyectos de vida, relaciones afectivas, creencias y convicciones.

Como ciudadanos, establecemos un estilo de vida, asumimos responsabilidades y exigimos derechos, velamos por el mejor funcionamiento de nuestra sociedad y somos parte de una comunidad más grande que nuestra familia.

Y, como consumidores, elegimos ciertos productos o servicios basados en todo lo anterior. Punto. Nada más. Basta de darle tanta importancia a ser consumidores porque finalmente es el resultado de cómo somos como seres humanos y ciudadanos.

No podemos seguir criticando esta sociedad de consumo si nos autodenominamos consumidores. Como ya he dicho anteriormente, el lenguaje crea realidad, entonces si cambio la forma, la palabra, estoy cambiando una forma de pensar y actuar también. Entonces habré cambiado de conciencia.

Cambio de conciencia, cambio de hábito

Nuestros cambios de hábitos obedecen a un proceso de toma de conciencia – primero como seres humanos, porque algo nos sucedió, alguna experiencia nos mostró que debemos modificar nuestra conducta.

Luego, como ciudadanos actuamos frente a esa toma de conciencia y comenzamos a exigir cambios, a demandar mejoras e incluso, podemos llegar a visibilizar nuestro rechazo hacia X cosa o la demanda por otra.

Sin ese cambio de conciencia y la responsabilidad que asumo como parte activa de la sociedad, no hay cambios en los hábitos de consumo.

En ambos casos, estoy tomando conciencia de que soy parte de un todo, como ser humano comprendo que mis actos afectan mi entorno y a otras personas; como ciudadano, asumo mi responsabilidad como parte de la sociedad civil.

Entonces: ¿qué debo preguntarme?

En los últimos años he estado investigando sobre las marcas de ropa y buscando alternativas que estén más acorde a mis valores. Para poder definirme, he reunido algunas preguntas que pueden ayudar a tomar decisiones conscientes e informadas que detallo a continuación.

1. ¿Me importa el cuidado del medioambiente?

Si es así, busco alternativas que intentan conservar los recursos naturales y bajar el impacto ambiental en la producción de sus prendas. Puedes revisar los criterios en el artículo: ¿Qué hace que una marca de moda sea sustentable? En simple: trato de consumir menos, optar por diseñadores locales, prendas de material sustentable y ropa usada (cada vez hay más tiendas online que venden ropa en desuso en excelentes condiciones, como por ejemplo Vestuá ).

2. ¿Me importan las vidas de otros seres vivos?

En este caso, busco alternativas (sobre todo para carteras y accesorios) que estén certificadas como «crueltyfree» y, por lo tanto, voy a evitar adquirir prendas de cuero y de piel animal. Cada vez hay más alternativas veganas que utilizan textiles libres de crueldad animal. Al optar por éstas, evito el sufrimiento y la muerte de animales. Una alternativa, por ejemplo, es Consciente – una tienda de accesorios que utiliza material vegano.

3. ¿Me importa mi salud a largo plazo?

En caso afirmativo, busco alternativas que cuiden mi piel y mi salud en general, mediante el uso de fibras, telas o tinturas naturales que no usen ingredientes tóxicos peligrosos para la salud. Así evito enfermar a futuro de alergias cutáneas u otras enfermedades relacionadas con esas sustancias tóxicas. *Dato: SIEMPRE hay que lavar las prendas compradas antes de usarlas (sobre todo si son nuevas ya que muchas veces son tratadas con químicos tóxicos que se absorben por la piel).

4. ¿Me importan las condiciones laborales de los trabajadores textiles?

¿Si? Entonces buscaré productos de diseñadores nacionales, microempresas, artesanales o lugares que aseguren condiciones laborales dignas para sus trabajadores. Así evito la explotación infantil o de mujeres, y las condiciones laborales indignas en países del tercer mundo. Además, estoy apoyando marcas que incentivan una economía más justa. Si te interesa saber más sobre este aspecto, hay un proyecto de Fashion Revolution que recolecta información sobre las condiciones laborales de los trabajadores textiles y lo sube como Podcast «Who made my clothes?».

5. ¿Me importa que niñas y mujeres se sientan bien consigo mismas?

En el caso de que esto me importe, buscaré productos y servicios que den un mensaje positivo a las mujeres. Así evito seguir con cánones de belleza que violenten a la mujer y evito apoyar a empresas que manipulan con la inseguridad y falta de amor propio para conseguir más ventas. Lentamente, varias empresas han ido cambiando el tono de sus campañas publicitarias pero aun queda camino por recorrer. Entonces, si quiero apoyar un cambio de paradigma en este sentido, optaré por marcas que nos den mensajes positivos y empoderen como mujeres.

Como es adentro, es afuera

Espero que estas preguntas sean un aporte para clarificar desde qué lugar podemos tomar decisiones. Somos todos responsables del mundo en el que vivimos, nuestras decisiones marcan el camino hacia el futuro que tendrán nuestr@s hij@s, asi que es mejor que tomemos conciencia real de las implicancias de cada decisión.

Si se les ocurren más preguntas, pueden compartirlas en los comentarios, ¡me encantaría leerlas! ¡Gracias por colaborar! 

Fran